Dos Venus de la mano

No era la primera vez que tocaba su cuerpo perfectamente esculpido, acariciaba su piel decorada por varios insinuantes tatuajes o me enredaba entre sus rizos rojo fuego que me recordaban cuán ardiente puede llegar a ser esa mujer. Ya conocía de su entrega apasionada al haber presenciado, cuando aún éramos desconocidos, cómo prácticamente consumía a cinco hombres a la vez, hombres que quedaban exhaustos en su empeño vagamente exitoso de saciarla. Continuar leyendo «Dos Venus de la mano»